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Investigaciones de la Escuela de Agronomía se adjudicaron FONDEF en inocuidad y calidad alimentaria

A nivel nacional FONDEF de CONICYT, a través del Concurso IDeA en Dos Etapas Temático en Inocuidad y Calidad Alimentaria, financiará un total de cuatro proyectos este 2017.

20.12.17

Dos proyectos de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), fueron seleccionados entre los cuatro adjudicados a nivel nacional, en el marco de los resultados del primer concurso IDeA en Dos Etapas temático en inocuidad y calidad alimentaria del Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico (FONDEF) de CONICYT. Uno de ellos, corresponde a la línea investigación liderada por la ingeniero agrónomo e investigadora de la Escuela de Agronomía de la PUCV, Ximena Besoain, quien se ha ocupado del estudio de enfermedades que afectan a frutales, hortalizas y flores, desarrollando estrategias de control biológico, con especial énfasis en enfermedades causadas por hongos y oomycetos.

La investigación de Ximena Besoain que permitió la adjudicación del Concurso IDeA en Dos Etapas de FONDEF, generó un proyecto de I+D aplicada con un fuerte componente científico y tecnológico que dio vida al “Consorcio Biológico PUCV-VBL para el control de hongos en postcosecha de uvas para exportación”. Este proyecto entregará $200 millones a la investigadora PUCV y a su equipo de trabajo, para continuar generando conocimiento que permita responder a la creciente demanda por generar cada día alimentos más saludables.

El equipo de la profesora Besoain está integrado por el Dr. Eduardo Salgado como director alterno, Fabiola Cádiz como coordinadora del proyecto, la bióloga Natalia Riquelme, y dos doctores, uno de ellos es Guillermo Bravo, quien va a trabajar en el área de formulación del producto. Actualmente se encuentran en búsqueda de otro doctor, idealmente un bioquímico, que se desempeñará en la identificación de los mecanismos de acción.

Sobre este logro la profesora Besoain comentó: “Nosotros como Escuela de Agronomía nos hemos ganado varios FONDEF lo que nos llena de orgullo, incluso recuerdo la adjudicación que obtuvimos en su primera versión. En esta oportunidad, me gustaría destacar que para llegar a desarrollar este Consorcio Biológico para el control de enfermedades de la uva de exportación, llevamos trabajando cerca de 12 años en esta innovación que se caracteriza por la combinación de una levadura más una bacteria, mezcla que ha resultado muy efectiva para control en laboratorio, in vitro e in vivo cuando fue aplicado a frutas”.

Nos podría contar ¿Cómo nace este proyecto?

Fue a partir de un proyecto CORFO a través de un hallazgo colateral logrado por una investigación conjunta con el Fondo de Desarrollo Frutícola, titulado: “Estudio de los factores bióticos y abióticos que inducen la pudrición ácida en racimos de uva de mesa Red Globe y tratamientos preventivos”. Fruto de este trabajo y los buenos resultados, solicitamos en INAPI la patente para proteger este producto, y este proyecto FONDEF nos permite avanzar en lo que aún nos falta por desarrollar.

¿Cuál es el estado de avance de esta investigación?

En dos campañas de campo hemos probado que el producto es efectivo y, desde nuestra perspectiva, pensamos que aún faltan otros dos años al menos de pruebas antes de llegar al producto final. Este proyecto FONDEF esperamos, nos permita mejorar significativamente la formulación y la etapa de vida de anaquel del consorcio biológico, que debería durar en lo posible 6 meses.  La investigación abarca desde la formulación hasta conocer cuánto tiempo dura viable el producto en su etapa de comercialización. Antes de la etapa de formulación, queremos conocer en profundidad cómo actúan estos microorganismos y, en este sentido, es importante destacar que la mezcla de estos microorganismos no ha sido patentada anteriormente, lo que representa una gran oportunidad.

¿Nos podría detallar algunos de los resultados obtenidos y cuál es la proyección esperada?

De los resultados de las pruebas que hicimos en racimos de uva Red Globe, podemos decir que controló bastante bien los patógenos, sobre todo Botrytis cinerea, principal responsable de la pudrición en la etapa de postcosecha de la uva. Además, actuó contra otros tres patógenos: Penicillium, Rhizopus y Aspergillus. Desde este punto de vista, el producto actúa bien en sus propiedades preventivas, y ha resultado en un buen protector de heridas, las que a veces se hacen en las bayas de los racimos y es por donde ingresan estos patógenos.

Ahora queremos hacer nuevas pruebas en otras variedades de uva como la Thompson Seedless, con la que tuvimos algunos problemas en los análisis preliminares. Para ello, modificamos la formulación y superamos en las pruebas de laboratorio esta dificultad y ahora es necesario hacer nuevas pruebas y ensayos de campo. De la misma manera, necesitamos conocer más los mecanismos de antibiosis y de cómo actúa la levadura y la bacteria para ejercer este control, y como dije anteriormente, queremos realizar pruebas de vida de anaquel que nos posibiliten extender el período de venta del producto biológico de 3 a 6 meses, que es uno de nuestros objetivos en la actualidad.

A futuro, nos interesa probar los resultados alcanzados en el estudio de las dos variedades mencionadas, por lo menos en otras cuatro de interés nacional y/o mundial.

¿Qué impacto tiene para la industria esta innovación?

En la actualidad se usan fungicidas que generan problemas. Uno de ellos es el aumento de la resistencia de algunos microorganismos frente a ellos, lo que genera algunos problemas en la industria. Además, existen algunos productos biológicos, pero que no tienen la efectividad que ha demostrado el que nosotros estamos elaborando, producto de esta investigación de más de una década. Cuando hablamos de consorcio, nos referimos a una mezcla de microorganismos que se potencian y de alta eficacia en el control de patógenos, a niveles muy parecidos a los que posee el mejor fungicida.

Este desarrollo lo estamos haciendo con la empresa ANASAC Chile, que colaboró en el proyecto CORFO del periodo 2014-2017 y que sería la empresa encargada de la comercialización de esta nueva tecnología a nivel nacional.

¿Podría contarnos en qué consisten las dos etapas de este FONDEF y el valor que da a los resultados de la investigación en la PUCV?

Los primeros dos años se resumen un poco en lo que hemos hablado y si necesitamos un par de años más, será para cubrir lo que nos falte para llegar al resultado que esperamos. Si todo sale bien, esperamos contar con este producto biológico en el mercado en unos cuatro años.

Desde esta perspectiva, es importante señalar que la investigación sobre todo de productos protegidos por una patente, son proyectos de largo aliento y, en este punto, el apoyo de la Universidad a través de su Vicerrectoría de Investigación y Estudios Avanzados (VRIEA) y de la Oficina de Transferencia y Licenciamiento (OTL) ha sido fundamental, tanto por el apoyo que nos entregó el Vicerrector Joel Saavedra, para la postulación al proyecto CORFO, como el recibido recientemente y que nos permitió adjudicarnos este FONDEF.

Finalmente, ¿Qué mensaje podría dar quienes deseen desarrollar una carrera de investigador en la Universidad?

En mis 30 años en la PUCV, les puedo contar que el camino está lleno de baches, pero también de logros importantes. La clave es no desanimarse, porque a veces hay problemas en las investigaciones y, desde esta mirada, hay que perseverar, perseverar y perseverar, porque a grandes problemas, hay que generar grandes soluciones. Mi fórmula, está centrada en primero pensar en las ideas y luego en los recursos, porque para las buenas ideas siempre llegan recursos. En Chile debemos generar un cambio importante en innovación para generar productos con alto valor agregado y así fortalecer la industria. De esta manera, avanzaremos a un mejor ritmo hacia el desarrollo y ya no necesitaremos depender tanto de la minería.

 

Por Marcelo Vásquez, periodista VRIEA PUCV