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Director de la Escuela de Ingeniería en Construcción PUCV lidera importante colaboración en proyecto del Puente Chacao

Dr. Álvaro Peña Fritz, afirmó que el puente que unirá la Isla Grande de Chiloé con el continente, es único en su tipo en Chile y Latinoamérica, pionero en el mundo y, además, un gran desafío para la ingeniería, diseño y construcción.

Una de las principales características de la Carrera de Ingeniería en Construcción de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) y que le ha valido un importante reconocimiento tanto en Chile, como en el extranjero, es su capacidad de enfrentar las necesidades y desafíos vinculados al desarrollo de nuestro país, entregando respuestas de calidad, efectivas y eficientes. De igual manera y siempre desde una perspectiva de profundo respeto por la responsabilidad ética y moral de la profesión, sus estudiantes y académicos demuestran permanentemente este compromiso, investigando y participando en los grandes desafíos ingenieriles de la nación.

En este contexto, entrevistamos al Director de la Escuela de Ingeniería en Construcción y profesor titular de la Escuela de Ingeniería en Construcción, Dr. Álvaro Peña Fritz, quien es Ingeniero en Construcción de nuestra Universidad; Máster en mecánica de suelos en Ingeniería de Cimentaciones y Doctor Ingeniero en la Universidad Politécnica de Madrid.

En el encuentro, el académico PUCV nos comentó, entre otras cosas, del importante desafío de algunos estudiantes y académicos de la PUCV en la construcción del futuro puente que cruzará el Canal de Chacao y que ha considerado una intensa participación del área de investigación, transferencia tecnológica, innovación y prácticas profesionales. Además, es importante mencionar que este proyecto el 2016, fue premiado a nivel internacional (Be Inspired) como el de mayor innovación en diseño, construcción y manejo de infraestructuras a nivel mundial.

¿Cómo nace su interés por dedicarse a la investigación en la academia?

Todo se inició cuando estudié un Máster y luego el Doctorado en España. El período que estuve fuera de Chile, podría dividirlo en dos etapas. La primera entre 2000-2004 y la segunda entre 2008-2010, donde hice una pasantía en la empresa y Universidad. En ambas, pude vivenciar el profundo vínculo que existe entre ellas en aquel país y Europa, lo que me permitió ver en terreno las problemáticas que obras de esta envergadura generan y el desarrollo de soluciones eficientes que tienen una directa relación con la investigación que se realiza en las universidades.

Dicho de otra manera, pude ver en terreno cómo funcionan y resuelven sus problemas y desafíos en infraestructura que existen en España y, con ello, fui posteriormente adquiriendo una experiencia internacional que me abrió muchas puertas en mi regreso a Chile.

¿Nos podría contar algunos de los proyectos internacionales en que ha participado?

Fuera de Chile, participé en las obras del Puente atirantado Ting Kau de Hong Kong, los puentes atirantados de Sevilla que cruzan el río Guadalquivir, la carretera que une el Cantábrico y la carretera que une Madrid con Galicia; y también en España, trabajé en los complejos arquitectónicos y culturales Ciudad de las Artes de Valencia y Ciudad de la Cultura de Galicia, los túneles de Pajares y Guadarrama y la ampliación del Puerto de Algeciras. En todas estas obras, hubo procesos constructivos singulares que me entregaron gran experiencia y conocimientos.  

¿Qué ocurrió el 2010 con su regreso a Chile? 

Volví con muchas ideas y ganas de hacer cosas. En este contexto, llegando a Chile comienzo a generar alianzas estratégicas externas, donde puedo destacar el vínculo alcanzado con la PUC, e internas con distintas escuelas de la PUCV, como Arquitectura, Ciencias del Mar, Ingeniería Eléctrica, Informática, Mecánica, entre otras. 

¿Cómo nace el vínculo entre la investigación realizada por usted y este megaproyecto? 

Mis trabajos de investigación relacionados a las experiencias comentadas, me permitieron abordar  líneas de investigación con un carácter de innovación, que apuntan principalmente al diseño y construcción de obras de infraestructura y, específicamente, en aspectos relacionados con geotecnia, ingeniería de fundaciones y procesos constructivos. Esto, sumado a la experiencia académica y profesional adquirida en el extranjero, me permitió ser incorporado en el proyecto del Puente Chacao, como asesor del Ministerio de Obras Públicas. 

En este punto quisiera mencionar que el proyecto del Puente Chacao, posee una fuerte contraparte nacional e internacional. Por ello, en los comienzos de este proyecto, los profesionales a cargo por parte del ministerio de obras públicas, organizaron capacitaciones y semanarios técnicos con empresas y centros de educación, donde me tocó impartir algunas conferencias y posteriormente se me invitó a ser parte del equipo asesor de esta gran obra de ingeniería.

¿Nos podría dar detalles? 

Por supuesto. Como Universidad y Facultad entregamos en conjunto con la Escuela Ciencias del Mar tres grandes capacitaciones al Ministerio de Obras Públicas para este tipo de proyectos, que estuvieron orientadas a la construcción y diseño de puentes de grandes luces en zonas marítimas. Respecto a lo anterior, se hicieron ponencias y capacitaciones en oceanografía, estudios costeros y marítimos y, luego, en mi especialidad procesos constructivos especiales, diseño y construcción de fundaciones especiales para puentes de grandes luces y estudios geotécnicos off shore.

Desde su rol de experto ¿Cuál es la mayor complejidad de este proyecto?

Sin duda, su singular ubicación que tiene componentes sísmicos, de viento y marea. Hay que considerar que hablamos de aguas someras que no son profundas y que incluyen mareas con corrientes de hasta 9 nudos que varían cada 6 horas y que dificultan muchísimo la realización de exploraciones y estudios de suelo, ya que es muy difícil posicionarse. La forma de hacerlo, implica hacer instalaciones empotradas en el lecho y, en este sentido, estimo que el emplazamiento fue el primer gran desafío.

Asimismo, este proyecto es muy innovador, porque en general los puentes colgantes en el mundo tienen solamente un vano, es decir, dos apoyos. Sin embargo, este que cruzará el Canal de Chacao tiene dos vanos, donde una apoyo es en el centro del canal. Dicho de otra manera, es un puente que tiene vanos de longitudes mayores a un kilómetro y que, además, cuenta con dos apoyos dentro del canal (apoyo norte y apoyo central), lo que implica que el diseño y construcción sea muy particular.

¿En qué etapa está el proyecto actualmente?

El proyecto está en la etapa de revisión de la parte de ingeniería, donde se han hecho correcciones al diseño. Por el momento se han adelantado obras provisionales en el canal y la construcción de   los accesos norte y sur. Después de este proceso, se dará inicio a la etapa de construcción masiva, la que debería terminarse a finales del 2020 con el puente terminado.

¿Qué tan seguro es este puente?

Los estándares exigidos, son superiores a cualquier obra que se haya construido en la historia de Chile. Para ello, se creó un comité técnico especial que define los lineamientos de la obra y un comité asesor que apoya al inspector fiscal, los que se complementan con las asesorías del ministerio que tienen componentes internacionales y que recogen experiencias exitosas de los 5 continentes.

De su Escuela ¿quiénes se han sumado a este megaproyecto?

Han participado Académicos y estudiantes de intercambio de Francia y también chilenos con la realización de sus tesis de pre y posgrado. Además, concretamos una colaboración de prácticas profesionales, por lo que muchos de ellos, quieren que se inicien luego las obras para viajar de inmediato a la zona y ponerse a trabajar en esta construcción que, sin duda, quedará como uno de los hitos más importantes de la historia de nuestro país. Es increíble cuando uno habla con ellos, porque no les importa el viaje, ni las horas que tarden, solo quieren participar. 

Puedo mencionar también que en un trabajo en conjunto con alumnos de pregrado, hemos presentado en congresos internacionales los resultados obtenidos en sus tesis de grado. Luego, estos nuevos conocimientos se convirtieron en los insumos principales de una publicación que considera aspectos relacionados con normas internacionales para estudios geotécnicos, que son un real aporte a la actual normativa nacional. Digo esto, porque al no existir este tipo de estructuras en Chile, no existe normativa al respecto. Lo anterior, se hace más importante cuando vemos como ya se han levantado voces que han planteado la importancia de construir este tipo de obras en otros puntos de Chiloé y ampliación de la Carretera Austral. 

Desde su experiencia, ¿cuáles son las fortalezas de trabajar con las tesis de pre y postgrado?

Todas las obras tienen un carácter singular, es decir, ninguna es igual a otra. En esta línea, es relevante aprovechar los resultados de estas investigaciones, donde alumnos y académicos guías tienen un rol determinante, para llegar a un estado del conocimiento que nos permita saber cómo está la ingeniería en el mundo y cómo se aprovechan las tecnologías existentes para resolver los problemas referidos a la construcción obras de infraestructuras de esta magnitud.

Estos procesos que generan nuevos conocimientos, también van de la mano con las prácticas profesionales que nuestros estudiantes realizan en alguna de las empresas vinculadas a proyectos de gran envergadura. De esta manera, pueden conocer los aspectos fundamentales de la disciplina en la cual han decidido desarrollarse. 

En cuanto al posgrado, estamos permanentemente generando nuevas capacidades con la finalidad de entregarnos respuestas que no son posibles de obtener, con los conocimientos del pasado. Estas nuevas propuestas se hacen con estudiantes de posgrado, sobre todo, porque las empresas no tienen el tiempo necesario para dedicarlo a estas reflexiones. Así, la investigación precede a los proyectos y dan el sustento para el éxito de los mismos, por medio de la generación de nuevas capacidades.

¿Nos podría dar un ejemplo de esta última idea?

Todas las obras deben cumplir una normativa de diseño y de construcción que, en el caso chileno, son muy rigurosas y de constante actualización debido a las condicionantes singulares del país. En el caso de obras como el puente Chacao, su singularidad y carácter innovador, hacen que no existan normativas para este tipo de estructuras, por lo que es necesario revisar las exigencias a obras similares en el mundo y, en el caso más extremo donde no exista ningún tipo de antecedentes, se debe proponer una normativa y procesos constructivos nuevos. 

¿Han participado como Escuela en el diseño de estas nuevas normativas? 

Sin duda, en la Escuela de Ingeniería en Construcción PUCV, hemos aportado al desarrollo normativo de Chile en aspectos de residuos sólidos, diseño de vertederos, minería, control de relave, edificación y la elaboración de nuevos decretos luego de las experiencias de los terremotos que han afectado a diversas zonas de nuestro territorio. Es así como desde el año 1985, aproximadamente, académicos de la PUCV vienen trabajando en  el desarrollo de las normativas sismo resistentes del país, lo que significa ir tomando testimonio de lo que se ha hecho antes, para luego mejorarlo.

El país se divide en dos tipos de obras: las de edificación y las de infraestructura. En ambos casos, se requieren normativas, exigencias y procesos constructivos actualizados y acordes a los nuevos tiempos.

Como Director de la escuela de Ingeniería en Construcción PUCV ¿Cuáles son los grandes desafíos que deberían asumir en el corto plazo la región y el país? 

Desde el punto de vista histórico, creo que la región de Valparaíso, ha sido en estas materias un gran pilar para Chile. Así, las grandes innovaciones del país han partido acá en esta región. Al respecto, puedo mencionar entre otros, la construcción de ascensores a finales del siglo XIX, túneles de gran complejidad, como fue el primer túnel peatonal para acceder al ascensor Polanco y los túneles de la Pólvora. De igual forma, encontramos el uso de la primera tuneladora en zonas urbanas, emplazado en Avenida Brasil a finales de los 90, generar energía con los residuos de la ciudad de Valparaíso y las obras de los Puertos de Valparaíso y San Antonio.

Desde esta mirada, podría referirme a diversos desafíos de gran relevancia para el desarrollo del país, pero estimo que antes que dar un gran listado de obras, lo prioritario está en centrarse en la sustentabilidad de las construcciones. Dicho de otro modo, es relevante que todo lo que se construya en Chile, debe considerar una participación en lo social, técnico, económico y ambiental. Esto último, considero que es el principal desafío.

En el plano más general, la necesidad de construcción de obras de vialidad urbana, movilidad, conectividad y desarrollo del borde costero que necesita el país, donde se pueden mencionar la construcción de teleféricos para distintas ciudades, ferrocarriles, túneles y puentes como obras de conectividad. En este ámbito, necesitamos con urgencia, una Carretera Austral que llegue a Punta Arenas y un ferrocarril que recorra todo Chile. 

El aporte que la inversión y desarrollo en infraestructura puede hacer para alcanzar los objetivos de crecimiento económico y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, requiere continuar con el desarrollo y ejecución de diversos tipos de proyectos que permitan mejorar la conectividad y accesibilidad a las ciudades, continuar con la construcción vías alternativas que permitan liberar a los centros urbanos del paso de vehículos pesados, recuperar el valor patrimonial de las obras antiguas, aportar de infraestructura para permitir una convivencia armónica del transporte en la ciudad, armonizar las mejoras viales con el entorno urbano y áreas verdes y su relación con los peatones y ciclistas, de manera de mejorar los espacios públicos.

¿Qué rol podría jugar la investigación en estos desafíos?

Es necesario vincular más las investigaciones realizadas por nuestros estudiantes de pre y posgrado, con las necesidades de las empresas públicas y privadas que participan de los grandes proyectos de construcción que se llevan adelante en nuestro país. Desde esta perspectiva, aquellos que se dediquen a trabajar en empresas, no pueden olvidar la investigación y viceversa, los investigadores tienen que realizar trabajos aplicados que solucionen las grandes problemáticas de las empresas y del país. En definitiva, siento que la clave del éxito futuro está en desarrollar un trabajo integrado y colaborativo entre la academia y la empresa.

Finalmente, ¿cuál sería el consejo que le daría a los estudiantes que quieran ingresar a estudiar Ingeniería en Construcción?

Por un lado, tratar de tener una empatía y aprovecharla en trabajos colaborativos, interdisciplinarios, multiculturales y, en paralelo, intentar ser propositivo, aprender a defender ideas pero también escucharlas. Por otro lado, tener una visión mucho más protagonista y ser muy proactivo, ya que al incorporarse a la mejor Escuela de Ingeniería en Construcción del país tendrán muchas oportunidades de integrarse a diversos programas de intercambio y programas de doble título con universidades internacionales. Por último, quisiera que se integraran a participar en proyectos singulares, estudiantes motivados para enfrentar los desafíos que genera la disciplina, porque a partir de ello, se convertirán en los pilares del desarrollo futuro de nuestro país.