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“Es muy importante que los conocimientos que generamos salgan de los laboratorios”

Esta idea fue compartida por los representantes de los proyectos Q-Technology y Life&Soil, quienes se adjudicaron la última edición Concurso de Creación de Empresas de Ata Tecnología, impulsado por la Vicerrectoría de Investigación y Estudios Avanzados (VRIEA) de la PUCV, a través de su Dirección de Innovación y Emprendimiento, en conjunto con la Incubadora de Negocios Chrysalis.

Uno de los principales objetivos de la Vicerrectoría de Investigación y Estudios Avanzados (VRIEA – PUCV), se enmarca en establecer una relación de liderazgo en la vinculación de los intereses de la Universidad con la sociedad en los ámbitos de la investigación, la innovación, el emprendimiento, la transferencia tecnológica y los estudios avanzados. En este contexto, las iniciativas del doctorado en Biotecnología de la PUCV, Q-Technology y Life&Soil, resultaron ganadoras del concurso de "Creación de Empresas de Ata Tecnología", que apoya proyectos basados en soluciones tecnológicas innovadoras.

En este compromiso de contribuir a elevar la competitividad y la excelencia dentro de la misma PUCV y proyectarla al mercado mediante la creación, profundización y transferencia del conocimiento, se realizó este viernes 11 de marzo, una reunión encabezada por la Coordinadora General de la VRIEA, Camila Zamora, donde participaron Paula Santana (en representación del Director del Proyecto Q-Technology, Carlos Forero) y Guillermo Bravo de Life&Soil, quienes recibieron la documentación que certifica que sus iniciativas serán apoyadas entre los meses de marzo y junio, para concretar la transferencia de sus resultados de investigación, hacia el sector productivo.

De esta forma, el Programa de Alta Tecnología, impulsado por las Direcciones de Innovación y Emprendimiento e Incubación y Negocios de la VRIEA-PUCV, busca promover la identificación de problemas y oportunidades presentes en el entorno, a nivel regional, nacional y mundial, procurando forjar un vínculo con potenciales soluciones generadas en la PUCV, en términos tales que la capacidad científica y técnica existente en la Universidad tenga un impacto efectivo en la sociedad.

Q-TECHNOLOGY
El proyecto Q-Technology, enfocado en la producción de quitosano y productos elaborados a partir del biopolímero, recibió un aporte de $4.5 millones para desarrollar su aplicación a la regeneración de tejidos, a partir de un innovador sistema de parches. Al respecto Paula Santana, señaló: "Este proyecto de Carlos, nace al alero del doctorado en Biotecnología de la PUCV y busca optimizar un método químico para purificar quitosano desde residuos sólidos de crustáceos y asociarlo con la ingeniería de tejidos, para llegar al mercado con un producto que junto con ser un aporte a la sociedad, permita la salida del laboratorio de esta investigación".

LIFE&SOIL
Por su parte, Guillermo Bravo de Life&Soil, quien encabeza un proyecto enfocado en la biorremediación de suelos y agua contaminada con mercurio, coincidió en la relevancia de sacar a la luz los avances desarrollados en el laboratorio y llevarlos al mercado. De esta forma, explicó: "Cuando me enteré que había ganado este concurso de Alta Tecnología, me sentí muy feliz, porque era justo lo que mi prototipo necesitaba, para desarrollar un paquete tecnológico enfocado en la biorremediación de suelos contaminados con mercurio".

Sobre su metodología de trabajo, destacó: "Trabajamos con una bacteria que volatiliza el mercurio del suelo y el agua. De esta forma, entregamos a la sociedad una solución efectiva para sanear los suelos que quedan con alta concentración de mercurio, como son los impactados por los residuos de relaves mineros o en el caso de zonas habitacionales de Copiapó afectadas por el aluvión".

"En estas últimas, se demostró que barrios residenciales quedaron afectados por este elemento químico, cuya exposición prolongada, se relaciona en el ser humano con el desarrollo de cáncer, malformaciones e incluso, podría relacionarse con algún tipo de demencia. Lamentablemente, si bien tenemos ejemplos cercanos como el de Copiapó en Chile, en nuestro país no existe una normativa para la biorremediación de suelos, por lo que estamos obligados de cierta forma, a mirar hacia fuera para comercializar nuestro producto, concluyó.